lunes, 10 de junio de 2013
Recordando el 2002: "Así jugaba la Argentina de Bielsa". Por Raúl Vergara.
Hay un mito que resulta difícil de tomar en serio que pretende que la Argentina de Marcelo Bielsa en sus actuaciones previas a la Copa del Mundo Corea-Japón 2002 y durante ese torneo no fue tan ofensiva cono se dice o se entiende que era. Tal vez el mito se derribe con mayor contundencia tomando las palabras del entrenador campeón del mundo en el 2002, el DT de Brasil Luiz Felipe Scolari. Claramente y a quien quisiera escucharle Scolari declaraba tras la Copa del Mundo que “Sí, lo reconozco, le copié a Bielsa. Jugamos igual que Argentina. Miré muchos partidos de ellos en las Eliminatorias y decidí cambiar el esquema para el Mundial.”
Es necesario recordar que Scolari apostó en la fase clasificatoria para Corea y Japón a un equipo conformado con cuatro defensores y durante el Mundial modifica el planteamiento y dispone una línea de tres, con dos defensas encargados de tomar a los delanteros adversarios y un líbero para cerrar a las espaldas de los defensores. Esa es la interpretación que Scolari hizo de la idea primaria de Marcelo Bielsa. La comparación con el seleccionado argentino parece clara, en el medio del terreno de juego Bielsa alineaba a Zanetti-Simeone-Sorín, Scolari a Cafú-Gilberto Silva-Roberto Carlos, es decir un volante de marca y dos laterales-volantes. Juninho Paulista inicialmente ejercía de Verón y Ronaldinho-Rivaldo-Ronaldo actuaron como Ortega-Kily González-Batistuta en Argentina.
Otros equipos considerados grandes o medianos deportivamente al menos que participaron en Corea-Japón utilizaron el tradicional modelo 4-4-2, como Inglaterra, Suecia e Italia, esquema que privilegia una férrea disposición defensiva y rápidos contraataques como respuestas a los esfuerzo ofensivos del elenco adversario. Estos equipos, dos de los cuales estuvieron en el grupo mundialista donde intervino la Argentina de Marcelo Bielsa, cedieron el papel de protagonista a los adversarios de turno y especularon con los errores rivales para capitalizarlos mediante el contraataque. Es útil el resaltar en justicia que el contraataque es un método ofensivo, que se basa y tiene por características el rápido pasaje o transición de la defensa al ataque y la en ese esquema la mayoría de los jugadores de un equipo son o suelen ser de características defensivas y de equilibrio con dos o tres atacantes expertos en traducir en goles esas transiciones rápidas.
La selección de Argentina por esa ‘urgencia que le daba el ser argentino’ según explicaba Bielsa rehúsa adherirse al modelo tradicional defensivo que deciden utilizar la mayoría de los seleccionados en el mundial del 2002. Según los análisis, el seleccionado albiceleste fue la selección con más alto porcentaje de posesión de balón, fue la que más situaciones de gol creó y el equipo más tiros de esquina ejecutó, mostrando sin ninguna duda su indiscutible vocación ofensiva. El equipo de Bielsa al menos al comienzo de cada partido alineaba un dispositivo táctico de 3 defensores, 4 mediocampistas y tres atacantes (3-4-3) o 3-3-1-3. Al observar los partidos de clasificación previos al mundial se comprende con nitidez la actitud ofensiva de ese equipo, la Argentina de Bielsa restableció el pensamiento ofensivo que se había ido perdiendo en el fútbol argentino e internacional a través de los años. El cuerpo técnico liberado por Biela aplicaba un plan táctico diseñado para en primer lugar, atacar y luego defender. En sus filas, se alistaban a cuatro de claras características en arque Verón, Ortega, Batistuta y López. Los laterales volantes eran Sorín y Zanetti y poseían funciones netas de ataque idea imitada por el sistema táctico brasileño campeón del mundo.
En la fase defensiva siempre con ideas ofensivas en mente se adoptó la presión colectiva sobre el contrario mientras Argentina adelantaba todas sus líneas para lograr la recuperación del balón lo más pronto y cerca posible de la portería adversaria. En esencia y esto no es de extrañar ello se inspiraba en el Fútbol Total holandés y específicamente el Ajax de Louis Van Gaal. En fase ofensiva, una vez lograda la recuperación de la pelota inmediatamente el equipo intentaba profundizar el ataque, evitando la lateralización del juego y el hacer tiempo. En fases ofensivas terminaban se involucrando entre 5 y 6 jugadores a la vez creando siempre superioridad numérica y llegando con peligro al área contraria.
Era tan radical el sistema de Marcelo Bielsa que por momentos ese equipo se asemejaba al antiguo 3-2-5 en ataque una idea que se suponía abandonada en la década del ’50 universalmente, pero a la cual Bielsa le imprime un retoque estético moderno el cual antes de Corea-Japón 2002 bate todas las marcas en cuanto a goles, posesión, dominio y victorias pero que durante el mundial no produce o transforma en goles la impresionante cantidad de llegadas que ese seleccionado generaba por problemas de rendimiento individual y diversas circunstancias en los partidos disputados.
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Gran nota maestro. Realmente, como fanático del "Loco" Marcelo, desconocía la historia de Scolari en este Mundial.
ResponderEliminarMuy buena.
Al igual que Gastón, desconocía la historia de Scolari.
ResponderEliminarFantástico análisis Raúl ¡Muy buen trabajo!
Gracias a los dos, en Argentina no se habla mucho del respeto de Scolari hacia Bielsa y el reconocimiento que le da tras haber ganado la Copa en el 2002.
ResponderEliminarNo podes ir a jugar un mundial con tres en el fondo,una cosa es una eliminatoria y otra cosa un mundial... es un riesgo y una locura, y bueno así nos fue en el 2002.
ResponderEliminarUn mundial se juega con 4-4-2 clásico,a lo sumo 5-4-1, bien seguro en el fondo.
ResponderEliminar4_3_3 -crespo Batistuta y el piojo lopez Adelante
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