El encuentro a disputarse en el estadio Vicente Calderón de la ciudad de Madrid, en el día de mañana, tiene tintes y condimentos que lo hacen especialmente atractivo, por sobre cualquier combinación de rivales que nos pueda ofrecer el variado menú del fútbol Actual.
Quizás se enfrente dos de los equipos que mas proponen en la actualidad, podemos agregar un par mas, pero seguramente nos alcanzarían los dedos de una mano para enumerar los conjuntos que tengan por sobre cualquier idea, la de respetar una premisa: ser protagonista.
Esto nos garantiza un espectáculo que ante todo carecerá de la especulación, expandido mal que aqueja a nuestro querido fútbol, y que contamina la belleza y la imprevisivilidad que tiene este magnifico deporte.
Así mismo se cruzan, en la opinión de quien escribe claro esta, los dos mejores entrenadores del planeta fútbol. Dos señores, en todo el sentido que abraca esa denominación. Que manejan sus palabras con la misma concentración, y la misma dedicación que le vierten a cada uno de sus entrenamientos de cada día. Que logran impregnar a sus dirigidos de conceptos extremadamente importantes a la hora de resolver, diferentes situaciones que se pueden dar alrededor del juego, y sobre todo dotarlos de una idea, de un concepto al que defender durante los noventa minutos y monedas que tiene un partido.
Lógicamente, como cualquier director técnico que se precie de tal, y como cualquier protagonista que forme parte del desarrollo mismo del juego, buscan la victoria, trabajan para lograrla, sienten una insoportable atracción hacia ella, dicho en palabras de Marcelo Bielsa. Pero no están dispuestos a conseguirla a cualquier precio, rifando a como de lugar principios y parte de una filosofía. Saben que cuanto mejor fútbol uno pueda desplegar, y por sobre todo basándose en la premisa de construir, de generar las ocasiones a través de la vocación, de la firme convicción de privilegiar el ataque, por sobre la destrucción del mismo, el porcentaje de alcanzar los objetivos es mucho mayor. Y que de ninguna manera estos conceptos pueden transitar por caminos separados. Es decir, ganar, obtener un triunfo puede darse de manera azaroza en un par de oportunidades, pero tanto Marcelo Bielsa como Pep Guardiola, trabajan para eso, para reducir al mínimo posible, la incidencia del factor suerte (que existe claro esta) para poder ser el actor principal de cada uno de los partidos que uno disputa.
De la ciudad de Rosario a Santpedor, hay muchísimos kilómetros que las separan, pero a estos dos locos ( me tomo el atrevimiento de apodar también así a Pep) hay muchísimas cosas que los hermanan, desde antes de haberse cruzado sus caminos. Los dos son apasionados de este deporte, lo viven, lo sufren, lo sueñan, lo planifican en su mente, como un artista que evalúa las incontables posibilidades para componer una melodía que le agrade. Estudian a la perfección cada detalle, e incorporan conceptos diariamente, tratan incansablemente de alimentar su necesidad de aprendizaje, que se torna casi voraz.
Establecidos estos conceptos, podría alguno pensar que dado que solamente uno podrá triunfar y alzarse con la copa del rey que estará en disputa este 25 de Mayo, algún atisbo de injusticia puede llegar a tener el resultado, ya que tanto el Athletic de Bilbao como el Fc Barcelona merecerían con creces obtener el campeonato. Pero sabe que, con mas razón aun y dicho todo esto que se alza en las líneas anteriores, he llegado a la conclusión de que mañana, no habrá ningún perdedor en el estadio del Atletico Madrid.
Podrá usted pensar y con razón que este humilde cronista se ha vuelto loco ( y por ahí algo de eso hay) pero quiere que le diga la verdad, para mi con este cartel, con estos dos equipos, con estas dos personalidades del ambiente futbolístico que engrandecen el sagrado nombre de este deporte, no perderá nadie, porque gana el futbol, ganamos todos.
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