jueves, 27 de junio de 2013

Historia de un Loco. Bielsa en Mexico. Atlas y América. Por Cristhian Flores.





Marcelo Bielsa llegaría a México en Junio de 1992, bajo la recomendación nada más y nada menos que de César Luis Menotti, para desembocar en Atlas de Guadalajara. El técnico campeón del Mundo con el Seleccionado Nacional en 1978, le había dicho a Francisco Ibarra, presidente del club mexicano, que Bielsa “es el ideal, aunque la verdad es que está un poco loco”. El rosarino, había impresionado a Ibarra en una charla personal en Rosario, por la claridad de sus conceptos y la búsqueda de un proyecto a largo plazo, que Atlas le podía brindar.

Para eso, debía adquirir los conocimientos necesarios sobre todos los recursos que manejaba el club, los jugadores a disposición en ese plantel, y los que estaban llamados a serlo a largo plazo. Debía conocer al personal del club, sus instalaciones y todo aquello que considere necesario para llevar a cabo su función de la mejor manera. Tal como lo había hecho en su querido Newell’s pero sin dudas a otra escala. Y es por eso que al hablar del proyecto Marcelo Bielsa y su “revolución en México”, resulta imprescindible referirse a lo que había sido su proyecto en ese club, cuando Griffa le encomendara hacerse cargo de las categorías inferiores y el scouting de jugadores que realizó a lo largo y ancho de todo el país, reconocido por él mismo como el más importante de América Latina en su momento; para luego entender las primeras medidas impulsadas por el entrenador en su primer año en México, donde justamente, su tarea era la dirección de las “fuerzas básicas” del club, es decir, las divisiones inferiores.





En el club rosarino, había dividido el país en setenta sectores, recorriéndolo de punta a punta en un Fiat 147, pero con una planificación exacta y medida para acudir a pruebas masivas de potenciales jugadores de Newells. Jugadores como Andrés Yllana o Claudio Enría, son sólo algunos ejemplos de aquella expedición.

Ya con otros recursos, y otros pergaminos, Bielsa implementaría el mismo sistema para el reclutamiento de jugadores jóvenes en México, dividiendo el país en redes de captación que aún persisten en 92 ciudades de aquel país. De esa innovadora expedición surgieron valores que luego integrarían el Seleccionado Mexicano como Jared Borghetti, Pavel Pardo, Juan Pablo Rodríguez, Rafael Márquez y Daniel Osorno.

Al año siguiente y con el estudio exhaustivo del club y organizadas las “fuerzas básicas”, Marcelo Bielsa se haría cargo del primer equipo del Atlas para la temporada 93-94, donde formaría un plantel con jugadores de su gusto, y algunos viejos conocidos de su etapa en Newell’s como Ricardo Lunari y Eduardo Berizzo, pilar del Loco dentro del campo. En lo estrictamente futbolístico, Atlas pareció adquirir el "estilo Bielsa" rápidamente, y finalizaría con una buena campaña y llegando a los cuartos de final de la liguilla, donde caería con Santos Laguna. Con una marca imborrable en el primer año, pero con otros resultados y el evidente desgasto que la exigencia del rosarino desencadena, se vio obligado a dar un paso al costado.





Pero la etapa Bielsa en México no estaba terminada. América y sus recursos económicos inagotables, lo contrataron para hacerse cargo del primer equipo y formar jugadores de la cantera. Entre los promovidos, se encuentran Germán Villa, Ricardo Lara y Cuautehmoc Blanco. Con resultados irregulares y jugadores que quizá no estaban dispuestos al esfuerzo característico de los equipos de Marcelo Bielsa, fue despedido a pesar de haber clasificado a los play off finales.  Decepcionado por el accionar de los dirigentes de las Águilas, volvió a Atlas para desempeñarse en la función de Director Deportivo.
Así, y luego de 5 años de una auténtica revolución en el fútbol mexicano, no sólo desde el punto estrictamente competitivo sino también en cuanto a la metodología de trabajo y la captación y formación de jugadores, El Loco Bielsa estaba listo para retornar a la Argentina, cuando corrían los días de agosto de 1997…











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