domingo, 26 de mayo de 2013

Mi visión del Loco: Escritora invitada Zelma Gutierrez





Bielsa siempre fue Bielsa

No es fácil simplificar sentimentalmente la etapa del rosarino en el Athletic Club y no considero ni tan si quiera imprescindible relatar mi punto de vista, pero me lo han pedido. A continuación, voy a ser honesta.

Cuando me ofrecieron colaborar con un artículo sobre Marcelo Bielsa no tenía idea sobre qué debía escribir. Desde un primer momento dije que se contara conmigo para tal aportación, entusiasmada con el hecho de compartir algo de él. Sin embargo,llegado el momento me abordaron unos nervios
—inseguridad quizá—, al percatarme de que ante todo debía informar, orientar al lector sobre la figura del argentino y por qué no, estimular al concurrente hasta provocar su admiración hacia el entrenador.Personalmente creo que intentar documentar sobre la efigie de ‘el loco’ es una tarea compleja que debería estar apoyada en la fidelidad de la responsabilidad. Hemos sido (prensa, foros y ‘bielsistas’), participes de innumerables demostraciones —generalicemos en ‘ruedas de prensa’— en las que en una pincelada de su modo de ser se refleja el desarrollo casi afectivo por la realización de las cosas, la importancia del tránsito de su proyecto y el compromiso con quien le espera. Tratar a una persona que es capaz de autoculparse públicamente con el fin de acatar la justicia en su propia carne desde un sentir moral y sin ningún tipo de escepticismo, no es fácil; pero una servidora cree haber aprendido lo suficiente de él como para por lo menos reseñar sus dos años en el Athletic Club.

Cuando Josu Urrutia se convirtió en el nuevo mandatario del club rojiblanco después de ganarle en las elecciones al entonces presidente, Fernando García Macua, quien también llegó con nuevo entrenador a la presidencia cuatro años atrás; la afición del ‘Bilbao’, como erradamente se le conoce al Athletic Club en Sudamérica, empezaba a ser partícipe de la revolución que en ese momento iniciaba el rosarino. Al presentarse como candidato a la presidencia, el exjugador del cuadro vizcaíno ejercía el oficio de ‘poner en conocimiento’ a socios y posibles votantes, el porqué de su estudiada elección por el autor del tan famoso “¡¡¡Newell’s carajo, Newell’s!!!”. Y contemplo como ‘estudiada elección’ porque Marcelo es un hombre de serios principios profesionales que ante la propuesta u oferta tiende a la cuestión recíproca y enprofundidad.

A principios de julio del 2011, días antes de que Urrutia recibiera más del 54% de los votos en los comicios con mayor participación en la historia del club, la sociedad bilbaína aceptó hacerse eco sobre qué, quién y cómo era Marcelo Bielsa. Una videoconferencia organizada para los medios de comunicación sacó a relucir su maniático espíritu reflexivo a través de la exposición de su minucioso estudio realizado de la plantilla a lo largo de la temporada 2010-2011. Él, devoto de la profundidad del pensamiento, se mostraba satisfecho por explicar a los allí convocados, aquello que había aprendido a analizar desde la distancia —porque para tan siquiera hablar de algo, uno se ha de informar y él se había informado un año entero—,hasta el punto de avalar la seguridad de su vasto análisis. En la descripción explicó las cualidades técnicas que a su juicio ofrecía cada jugador y se encargó de admirar el aporte deportivo y extraordinario de cada uno de ellos a nivel colectivo. Señaló también al ‘espíritu combativo, a la disposición al esfuerzo y a los recursos técnicos’como material vital con el qué trabajar y no solo se le vio enfocado en el proyecto, también se mostró ilusionado con la posibilidad de estimular la‘especialísima resonancia’ que a su parecer posee de San Mamés. No estaba muy lejos. Meses después La Catedral le cantaría ‘A lo loco se vive mejor’.

Una vez finalizada aquella videoconferencia, poco más se sabía de él. El comentario generalizado le daba un voto de confianza a la verosímil ejecución de su planteamiento. Había demostrado ser alguien particular, de dones especiales, favorecedores a la cultura de ése, el club que empezaría a dirigir pocos días después. La interpretación sobre su responsabilidad con el compromiso como posible entrenador del club brindó el beneficio a la indagación. Su representación había sido positiva.Aquel hombre de gafas sujetadas con cordones había despertado la curiosidad de los presentes por la meticulosidad de aquella ‘insufrible exposición’,que una vez finalizada él mismo se encargaría de agradecer por la tolerancia, pues había sido larga y angustiosa debido a los problemas técnicos que dificultaban la conexión entre Rosario y Bilbao.
Sin embargo, el poema bucólico en forma de fútbol que estimulaba al socio, al aficionado, al periodista y al bielsista si cabe, no predeciría ni a corto plazo la trascendencia de su labor en la institución. El niño que empezó a jugar fútbol en el Club Estrella Azul de su barrio, y que llegó a jugar en el equipo de su vida (Newell's Old Boys) para dejar lo mejor de sí, o lo peor —“fui un futbolista frustrado y fracasado”,siempre ha declarado—, le ayudó a convertirse en un técnico de nivel. Se retiró del fútbol con la misma convicción que a los 14 años cuando se marchó de casa. Y todo por una necesidad. Su antipática obligación de ser sincero le instó a actuar en consecuencia y por eso estudió y se preparó para dirigir al nivel que se auto exigiría con el tiempo.Haber sido jugador de fútbol marcó su actitud como director técnico, todo lo aprendido en más de 30 años como técnico le llevó a Bilbao. “Un buen entrenador debe acercar a sus jugadores a su máximo potencial, o descubrirlo. No existe motivo alguno para que un jugador esté parado en la cancha”, dice; y él vio en la plantilla rojiblanca ese margen de perfeccionamiento físico, de entrega moral y de actitud competitiva. Como con Bebo Valdés y Diego ‘el Cigala’, nadie pensó que esa combinación sería perfecta.

“Para conocer su obra, mucho antes de llegar a comprenderla, el desconocedor debe cerciorarse de la existencia de la misma de tal manera que, habiendo sustentado la riqueza filosófica como materia prima, la peregrinación hacia la magnitud de asunto se adopte influyentemente como un activo en el modo de pensar”.



Twitter: @zelma_gutierrez 

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