"No tengo los impulsos para afrontar las responsabilidades que demanda este cargo"
Con esta frase Bielsa anunciaba su alejamiento de la selección nacional Argentina. Culminando así 6 años de trabajo (el tercer ciclo más largo detrás de Menotti y Bilardo) al mando del combinado nacional con compromiso absoluto y éxito dispar. No fue un período sencillo. Estuvo siempre solo contra un sistema autoritario del poder que controla a nuestro fútbol desde hace más de 30 años. Convencido que no hay título, ni medalla, ni torneo que justifique violar sus principios. Hoy, a 9 años de esa renuncia, queríamos recordarlo.
Vamos al principio, Passarella renuncia a su cargo allá por 1998 y el candidato natural para sucederlo era José Néstor Pekerman pero este declino la oferta y recomendó a un, hasta ese momento ignoto, director técnico; Marcelo Bielsa. Este si acepto el cargo y en Septiembre de 1998 se convertiría en el seleccionador de la Argentina. Durante todo su mandato la selección obtuvo los mejores números de su historia en goles a favor, goles en contra porcentaje de partidos ganados y puntos conseguidos en una eliminatoria. En 85 partidos cosechó 56 victorias, 18 empates y solamente 11 derrotas. Consiguió un título, un subcampeonato y nada más en cuanto a títulos.
Fue, para bien o para mal, una selección inolvidable. Algunos se quedarán con la eliminación en el 2002, otros se quedaran con su poco trato con la prensa. Y los demás, me gusta pensar que somos la mayoría, nos quedaremos con esa selección que te llenaba los ojos de fútbol. Esa que no se cansaba de atacar durante los 90 minutos. Una que tenía un estilo más bien europeo, en la que la gambeta y la pausa típicamente sudamericana escaseaba y por el contrario la presión constante era habitual como así también el equipo ocupando todo el ancho de la cancha y sus líneas bien cerca unas de las otras. Era, resumidamente, una selección arrasadora en la que el esfuerzo no se escatimaba jamás.
Muchos no le perdonaron nunca la eliminación del mundial en primera ronda y ese lastre lo lleva hasta hoy en día. Difícilmente alguien hoy pueda nombrar a Bielsa sin que otra persona haga mención del mundial del Corea-Japón. Se perdió, si. Se fracaso, sin dudas. Pero por ese barriletismo tan propio de argentino jamás pudieron reconocer que el equipo quedó eliminado sin merecerlo. Que jugó como lo hizo siempre, de esa manera frontal y lanzados al ataque sin importar que. Cuando se gana eso está muy bien pero cuando se pierde las críticas llueven “no tenía plan B” creo que es la más leída/escuchada, cuando nunca antes nos habíamos preocupado por ese plan B. Nunca había sido necesario. Yo soy un convencido que si Argentina pasaba de ronda y ni hablemos si era campeón jamás nadie hubiera dicho nada.
Pero la gente es un “problema” minúsculo, el gran problema que tuvo Bielsa durante todo su mandato fue la prensa. Y no toda la prensa, no, Bielsa tuvo problemas con los medios hegemónicos de la Argentina que no toleraban que el entrenador no hable con ellos personalmente y que se comunique con todos mediante sus maratónicas conferencias de prensa. Ellos pedían a gritos privilegios y el entrenador jamás les hizo caso. Entonces a cada error producido estos estallaban con tapas y notas acerca de todo lo malo que había en la conducción de Marcelo. “Miente, miente, miente que algo quedará. Cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá” y así era. Y pasó algo peor, sin dudas. Esa selección era imbatible, no tenían nada para opinar y se quedaron sin opciones más que alabarla. Pero en cuanto el 2002 estalló se liberaron las fieras. Y cuando todos pedían a gritos su renuncia y la asunción de Bianchi, Grondona en un gesto atípico en él le renovó el contrato. Se dice que prefería a Bielsa antes que tener que llamar a Bianchi (enemigo público del pope de AFA y FIFA) pero, sea como sea, ahí iba a estar Marcelo.
Llegó la copa América 2004 y la derrota en la final. A 30 segundos, literalmente, de la gloria. Nos quedamos en la puerta por un gol de Adriano y la posterior mala suerte o impericia en los penales. Y como el fútbol da revancha siempre a los pocos meses una selección sub-23 (con Crespo, Riquelme y el “Kily” Gonzales como refuerzos) que era una máquina ganó caminando la medalla dorada en los juegos olímpicos de Atenas. El único título que le faltaba a la AFA. Y lo hizo de forma implacable, ganó todos sus partidos y no recibió goles en contra.
Y cuando el entrenador estaba revirtiendo su imagen, con ese título y el camino en las eliminatorias nuevamente sin sobresaltos, cuando se preveía una revancha en Alemania 2006, luego de un partido con Perú, Marcelo Bielsa anunció su retiro. Y desde ese entonces (sacando los 2 años de Pekerman) todos nosotros penamos por selecciones sin identidades, sin ideas claras de juego, con entrenadores improvisados y con otros entrenadores que ganaron el puesto porque hace mucho tiempo ya, ganaron la copa del mundo (cortesía de la gestión Bilardo) y entonces nosotros les debemos algo. Esperando, siempre esperando, que los que se tengan que ir se vayan y den paso a gente más capacitada. Con una idea integral de las selecciones nacionales. Y, ¿por qué no? Volver a tener a Bielsa en la mayor, Tocalli en inferiores y Pekerman al mando de las selecciones.
Hoy este lamento cumple 9 años y al loco, se lo extraña cada día más.
como les gusta vivir de la mentira
ResponderEliminar¿cuantos goles metió en el mundial el dt superofensivo? ¿2?
lo de cambiar el estilo sudamericano por el estilo europeo no es un acierto, todo lo contrario, es una castración, un etnicidio, un vaciamiento cultural que hasta el dia de hoy padecemos con jugadores pecho frios que ni siquiera juegan en nuestra liga.
Y no digan que ganó un titulo. Esa medallita amateur no se la ganó a nadie. Ni siquiera es una competición oficial esa poronga.