lunes, 10 de junio de 2013

El dia que los dioses del fútbol miraron para otro lado. Por Juano.




Minutos después de consumado el empate frente a Suecia, en la prefectura de Miyagi, Japón, muchos empezaron a colocarse la servilleta al cuello. Estaban ante la chance inmejorable de cargarse al entrenador de la selección, a ese loco obsesivo y apático, con pinta de gruñón, que tan difícil les hacía el camino de (des) informar a los simpatizantes del fútbol. Mientas todavía Bielsa derramaba las últimas lágrimas en el vestuario, las editoriales iban tomando forma para salir a primera hora de la mañana, saciando el apetito de los grandes medios, esos que antes se subían al carro del exitismo.

Esas lágrimas de Marcelo en la soledad del vestuario, evidencian la angustia de haberse preparado durante veinte años para un acontecimiento que pareció esfumarse como agua entre los dedos. Ante la inminencia de una tristeza de esa magnitud es inevitable que el dolor sea demasiado profundo como para hacer análisis demasiado exhaustivos, que sin embargo se hicieron, y se dedicaron a hurgar en todos los lugares imaginables, menos en el futbolístico, al fin de cuentas no es algo demasiado redituable.

Hoy una década y monedas después de aquel Junio de 2002, a la distancia, pero teniendo presentes los elementos y las situaciones que se sucedieron en esa Copa del Mundo celebrada en Asia, creo que todo el mundo del fútbol Argentino se debe un debate sobre este tema, un análisis que deje de lado los grandes titulares apocalípticos, los adjetivos calificativos denigrantes, muchos de ellos no aptos para el horario de protección al menor.

Siempre me hice la misma pregunta desde aquél mundial: Fue ese equipo menos que muchos otros seleccionados Argentinos que llegaron mas lejos en una copa del Mundo? Si analizamos las últimas copas del Mundo protagonizadas por Argentina, la respuesta se decanta fácilmente por la negativa. Jamás nuestro combinado nacional tuvo un EQUIPO tan solidario, con tanto compromiso, con tanto sacrifico como el que fue al Mundial. Nunca una selección albiceleste tuvo el protagonismo absoluto de cada partido en cualquier estadio del planeta y ante cualquier oponente sea o no una potencia. El equipo de Marcelo Bielsa asumía esa superioridad desde el convencimiento acerca de una idea, y de como ponerla en práctica. Imponiendo condiciones desde su forma de plantear los partidos y nunca desde la postura de los rivales.

Esos factores antes enumerados estuvieron presentes en el Mundial de Corea y Japón 2002. Porque al margen de lo que nos quieran hacer creer exprimiendo el verso gigantesco de que la historia siempre la escriben los que ganan, Argentina tuvo una idea y trató de imponerla, con defectos ( la falta de contundencia) y virtudes ( el convencimiento en sus creencias) , y es desde ese costado en que muchos no hicieron hincapié. La derrota es lisa y llanamente un resultado frió e incuestionable. Pero que hubiera pasado si el tiro libre de Svensson pegaba en el palo y se iba afuera?. Si esos segundos que separan un resultado de otro, como en la película Match Point en el que la suerte del protagonista se resume en la puntería con la que  se lanza, hubieran cambiado el destino. En ese caso nos daríamos cuenta que fina es la línea que separa el éxito del fracaso, y que endebles son los argumentos que se basan solo en la cosecha final de puntos.

Nunca sabremos que hubiera pasado, que hubiera sido de la suerte del seleccionado de triunfar ante Suecia aquel 12 de Junio de 2002. Pero lo que queda claro es que un resultado deportivo, al margen de la dureza que reviste el dolor sufrido, no puede ni debe, empañar un proyecto una idea, y tirar por la borda un trabajo que enaltecía al Argentino como el mejor equipo del mundo.

Hace un tiempo en una entrevista Javier Mascherano declaró que el fútbol había sido injusto con Bielsa. Creo que de eso un poco hay, pero simplemente en el terreno del resultado. Y al margen de que en este juego hay tres resultados posibles, cuando uno encara un partido, creo que el éxito fundamental se basa en el respeto, en la coherencia entre lo que digo y lo que hago. Creo que es tiempo de analizar un poco mejor las cosas y no seguir hundiéndose en el fango, con polémicas de superficie como la de juntar a Batistuta y a Crespo, como si eso hubiera significado el triunfo. Es mas, estoy completamente convencido de que si lo habría hecho, teniendo como resultado también la derrota, lo hubieran criticado por renunciar a su idea. Típico gataflorismo Argentino.

Estaba todo dado para que Argentina hiciera historia. Y créame que la hizo. Créame que ese equipo marcó a mucha gente. Como a este humilde servidor, que a mas de una década de los hechos que mas arriba se relatan, está sentado escribiendo sobre ese equipo que lo representaba, que lo hacía sentir orgulloso. Aquél por el cual resignó horas de sueño, ese por el que lloró una fría madrugada de Junio, aquél 12 de Junio. El dia que los dioses del fútbol miraron para otro lado.

2 comentarios:

  1. Si hay algo que descubrí después de ese mundial fue el "Panquequismo Ilustrado del Periodismo Deportivo". Que tuvo su tésis para con Bielsa en Atenas 2004, especialmente después de la Copa América de Perú 2003.

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  2. No se si es de importancia, pero Mascherano fue a Corea Japón como sparring de la selección y al año siguiente debuta en la selección mayor de la mano de Bielsa, antes de haber jugado en la primera de River.

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