lunes, 13 de mayo de 2013

Atenas 2004 : Los laureles olvidados





Es curioso como a veces la memoria colectiva futbolera de nuestro país, tiene ciertos mecanismos ocultos y misteriosos, que le permiten atesorar recuerdos y cosas de las que no debiéramos enorgullecernos jamás, y abandona en el olvido aquellos logros que realmente son importantes para destacar.
Esto último pasa con la obtención de la medalla dorada en Atenas 2004, por la selección Argentina comandada por Marcelo Bielsa. Este logro deportivo inédito hasta ese momento de los combinados nacionales, solo se había acariciado en dos oportunidades. La primera en Paris 1928, perdiendo la final con Uruguay, y en 1996 en la recordada final con Nigeria en Atlanta. Solo dos veces en 76 años, teniendo en cuenta lo que representa la selección Argentina en el planeta fútbol.
Aquel equipo comenzó el torneo casi de manera silenciosa, como ignorado por el gran público, que quizás había sucumbido ante la insistencia de que dicha competencia no revestía mayor importancia.


El 11 de agosto de 2004, Argentina debutaba aplastando a Serbia y Montenegro, por 6-0. Los goles fueron marcados por Cesar Delgado, Lucho Gonzalez, Heinze, Rosales y Carlos Tevez en dos oportunidades, para redondear una actuación perfecta.




Tres días mas tarde, seria el turno de Tunez, rival que ofreció un poco mas de resistencia, pero que termino sucumbiendo frente al poderío ofensivo de la selección de Bielsa, que como característica principal, anteponía la vertcalidad, y tenía la vista siempre en el arco de enfrente, se asumía protagonista desde el instante inicial de cada partido.Los goles los marcaron Tevez y Javier Saviola.






El 17 de Agosto de 2004, en la ultima fecha del grupo C, Argentina se enfrentaba con Australia, quizás el rival que plantearía mayor resistencia, dado lo peleado del juego, aunque el equipo del Loco lo supo resolver, apoyado en la temprana ventaja por el gol anotado por Andrés Dalessandro a los 9 minutos del primer tiempo, con un tiro de zurda esquinado, que el arquero australiano no pudo contener.
Argentina cerraba la primera fase con puntaje ideal, 9 sobre 9. Con 9 goles a favor y ninguno en contra.
En los cuartos de final de la competición el rival de turno era Costa Rica, a quien la selección le daría un verdadero baño futbolistico, en un partido que termino 4-0, pero que tranquilamente podría haber sido por el doble de diferencia. Los goles fueron firmados por el Chelito Delgado y por Carlos Tevez en tres ocasiones, confirmándose claramente como la figura y el goleador del certamen.








El dia 24 de Agosto, en las semifinales, llegaría el rival de peso. El equipo albiceleste se medía con Italia, para obtener el pasaje a la gran final para pelear por el Oro Olímpico, único titulo ausente en las vitrinas de la calle Viamonte, en ese entonces. A los 16 minutos de la primera mitad, Carlos Tevez convertiría uno de los goles mas espectaculares de su carrera, tomando la pelota de aire, y clavandola en un ángulo, haciendo estéril el vuelo del arquero Italiano. El equipo Azurri tenía entre sus filas a jugadores que tiempo después serían la base del campeón del Mundo en Alemania 2006: Barzagli, Chiellini, Andrea Pirlo, De Rossi, y Gilardino entre otros. El partido se terminaría de definir con la velocidad del equipo de Bielsa saliendo de contra, con los goles de dos Gonzalez: primero Lucho y después Mariano.









Faltaba un paso, hasta ahí el torneo había sido perfecto, venciendo a todos los rivales casi por demolición. En la final del día 28 de agosto de 2004, estaba Paraguay, una de la revelaciones del campeonato, relegando a Italia al segundo lugar del grupo. El seleccionado Guaraní tenia entre otros nombres a Carlos Gamarra, Jose Saturnino Cardozo, Edgar Barreto y Aureliano Torres. En un partido trabado debido al porte físico del equipo paraguayo, apareció nuevamente Tevez, para vestirse de héroe, al anticipar al arquero y a toda la defensa, tocando suave hacia la red un centro venenoso de Cesar Delgado. El trámite se debatió entre la búsqueda de Paraguay pára empatarlo, y varias chances del conjunto nacional para sellar el resultado. Finalmente el arbitro pitaba la conclusión del partido luego de casi un siglo el fútbol Argentino conseguía el único título que le faltaba, afincado en la labor perfecta de un equipo que pulverizo rivales y records. Que no recibió goles, y que desplegó un fútbol ofensivo de alta calidad.








Hoy a casi una década de aquel logro importantísimo para el fútbol Argentino, intentamos desde este espacio, recatar estas cosas del exilio del olvido, rememorándolas, refrescandolas, y no permitiendo que se pongan rancias de tantas veces que son negadas por el planeta futbolero. Pensemos en la actualidad del fútbol juvenil Argentino, pensemos en el último Juego Olímpico al que ni siquiera se pudo clasificar.
Por eso toma mucho mas valor un proceso mediante el cual, desde valores simples como el esfuerzo y el trabajo en equipo, un Loco llamado Marcelo Bielsa, saldó cuentas con el destino, e inscribió su nombre en la historia grande del deporte nacional.



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